El artículo argumenta que los humanos tienen más probabilidades de abusar de la IA con fines dañinos antes de que la IA se vuelva lo suficientemente avanzada como para levantarse en nuestra contra. Se señala el posible abuso de la IA en áreas como aplicaciones militares, control social y propagación de desinformación.
El autor enfatiza que los sistemas de IA no comprenden inherentemente las necesidades o deseos humanos, y sin salvaguardias adecuadas, pueden causar catástrofes. Concluye que el principal enemigo en la era de la IA serán nuestras propias fallas humanas, no la IA en sí misma.