Los debates sobre el desarrollo de la IA a menudo están impulsados por el miedo y la exageración, comparando los posibles peligros de la IA con las armas nucleares.
Las tecnologías de IA, como los coches autónomos, tienen un inmenso potencial para el bien social y deben ser abrazadas de manera responsable, en lugar de ser sofocadas por temores infundados.