El autor inicialmente creía que GPT-4, un modelo de generación de texto de IA de última generación, había degradado su rendimiento, pero desde entonces ha revisado esta opinión, reconociendo que sus pruebas iniciales fueron defectuosas. También expresa frustración con el discurso sobre la IA, criticando a aquellos que hacen afirmaciones exageradas sobre sus capacidades o temen su poder potencial.